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El comentario de hoy, martes 25 de junio 2024

El fin de semana pasado estuvieron en territorio oaxaqueño, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y su sucesora, Claudia Sheinbaum. Una gira poco usual en la historia política del país, pero que revela algo importante: no será cosa fácil para quien obtuvo el triunfo en la pasada contienda electoral, cortar el cordón umbilical que la ata a López Obrador.

A pesar de la insistencia de AMLO, en el sentido de que “no habrá maximatos” ni gobierno tras el trono, el poder absoluto no se entrega fácilmente. Vimos a una presidenta virtual reconociendo en cada discurso a su principal promotor; insistiendo en las reformas constitucionales y en la continuidad. En Santa Cruz Xoxocotlán dio por un hecho que la Guardia Nacional pasará a la tutela de la SEDENA. Una obsesión del actual presidente que, por lo visto, ejecutará su sucesora.

Y es que el paquete de reformas que, se presume, serán aprobadas por un Congreso sumiso, abyecto y complaciente, no son una prioridad del pueblo mexicano. Ni siquiera de quienes le apostaron el voto a la candidata y partido ganador. No. Son resquicios de venganza, obsesión y el Síndrome de Hybris –así llamaron los griegos a la locura y los excesos de quien detenta el poder-.

Dice una vieja metáfora que, cuando a los Estados Unidos le da gripe a México le da pulmonía. En efecto, es nuestro vecino y mayor socio comercial. Es una de potencia mundial. Amén del respeto a nuestra soberanía, lo que se dice allá, no debe ser ignorado. Por ejemplo, la agencia antidrogas –la DEA- advirtió el riesgo de que abogados y despachos de grupos criminales, encabecen las listas de prospectos de ministros, magistrados y jueces, para ser electos por voto popular.

El ex Secretario de Estado de nuestro vecino país, Mike Pompeo, en un artículo de The Wall Street Journal, hizo lo propio. No somos ajenos a un entorno global. La propaganda a favor de dichas reformas y al partido en el poder desde el pódium presidencial, ha sido brutal. Y nos recuerda los puntos básicos de Joseph Goebbels, el padre de la propaganda nazi y responsable del Ministerio de Educación, creado por Adolfo Hitler a su llegada al poder en 1933.

Cito: “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”. Y habla de los odios, prejuicios y de despertar actitudes primitivas.

Lo mejor que le puede pasar a México es que la presidenta virtual emprenda su propio camino, tenga su propia agenda, sin el lastre que significa seguir en la ruta de la polarización, el encono o la subordinación al pasado. México está desangrado, roto y –sin fatalismos- en grave riesgo para el futuro. (JPA)

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